LaRaza: Los grandes ausentes en las urnas en Chicago y suburbios

Algunos exconvictos y desamparados ya están registrados para votar; pero hay otros que viven en la desidia y en el completo abandono. Organizaciones que luchan por sus derechos, hacen esfuerzos por instarlos a que acudan a las urnas el 6 de noviembre

 

Según la Coalición de Chicago para los Desamparados, hay 105,338 personas sin hogar en dicha ciudad y el hecho de que los desamparados no cuenten con un domicilio fijo porque muchos de ellos viven en las calles, hace que pierdan una serie de beneficios y derechos como es el de ejercer su derecho a voto.

Por esta razón es que distintas organizaciones se han dado la tarea de registrarlos para estos comicios electorales, como es el caso de la Misión San José Obrero, con sede en Pilsen.

En esta agencia no sólo les proveen alimento y vivienda, sino que también les ayudan con la búsqueda de empleo y en el tiempo de elecciones hay registro de votantes. La Misión San José Obrero ha llegado a registrar a 30 personas desamparadas para este período.

“Aquí se registran todos lo que pueden votar. Ellos usan la dirección del refugio mientras viven en este lugar, dijo a La Raza Imelda Rodríguez, directora del programa para los desamparados de La Misión San José Obrero.

“Nosotros les ayudamos a que tengan éxito y los motivamos a que vayan a las urnas, puesto que los desamparados también tienen derecho a elegir a las autoridades a través de su voto”, explicó Rodríguez.

JÓVENES DESAMPARADOS

Un refugio enfocado en su mayoría en jóvenes desamparados es La Casa Norte, ubicado en Humboldt Park. Durante el proceso de registro de votantes, esta agencia alcanzó a inscribir a 14 personas sin hogar.

Para Sol Flores, directora ejecutiva de La Casa Norte, los jóvenes desamparados están completamente desconectados del proceso electoral. “Ellos no se sienten parte del proceso; y nosotros en La Casa Norte los educamos para que conozcan la importancia del voto en nuestra comunidad”.

“Algunos jóvenes piensan que su voto no cuenta, que no es importante; pero lo que necesitan saber es que para obtener la ayuda y el respaldo que necesitan de los legisladores, ya sea para cuestiones de educación, vivienda o trabajo, es importante que voten”, agregó Flores.

FALTA MÁS APOYO

Rachel Ramírez, organizadora comunitaria de la Coalición de Chicago para los Desamparados, dijo a La Raza que la coalición para la que trabaja habla mensualmente con más de 500 personas que viven en los refugios.

“Así que, cada vez que hay un registro de votantes los registramos a los que pueden votar. Pero no he escuchado de voluntarios que hayan ayudado a registrar a personas desamparadas; en realidad esto ayudaría mucho en el futuro porque nosotros somos una organización y con más apoyo podríamos registrar a más personas sin hogar”, dijo Ramírez.

Los desamparados, “aunque estén pasando por un momento difícil en sus vidas, en el que no tienen vivienda estable, y se estén quedando en la calle, ellos querrían votar, por eso hay que educarlos en el proceso”, indicó Ramírez.

En el 2008 la Coalición de Chicago para los Desamparados registró 250 personas sin hogar. Después de un entrenamiento que se realizó con personas de diferentes agencias, para que apoyaran en el proceso electoral, se logró inscribir a 500 más, lo cual contabilizó un total de 750 personas desamparadas registradas para votar en ese año. Este año esta coalición sólo pudo registrar 150 personas.

BUSCAN REINTEGRARSE

Otro grupo que usualmente tiene dificultades para registrarse para votar y ejercer este derecho es el de los exconvictos.

Oscar Contreras es un exconvicto originario de Los Ángeles, quien por haber estado en la cárcel por muchos años por actividad pandilleril y otros delitos, hace 22 años no podía votar en ese estado.

Cuando decidió mudarse a Illinois la historia cambió porque en este estado sí podía ejercer su derecho al voto.

“Cuando en aquella época me dijeron tú en Chicago puedes votar, para mí fue una grata noticia porque cuando te niegan ese derecho tú te sientes que tu voz no cuenta, que no eres nadie y eso no me parece justo si ya tú pagaste tu condena”, mencionó Contreras a La Raza.

Contreras, de 54 años, quien es director de la organización Madres por La Paz del Barrio de Las Empacadoras, actualmente trabaja con jóvenes y madres víctimas de la violencia. Además de orientar a los jóvenes sobre el peligro de las pandillas, los exhorta a que voten.

“En mi caso participé en el proceso electoral pasado; ahora pienso hacer lo propio en noviembre”, dijo.

“Las personas exconvictas necesitan educarse con respecto al voto; muchos no lo hacen porque están frustrados con el sistema. Tú puedes lograr que con tu voto surjan cambios para este sector de la población; sin embargo, algunos no entienden eso, por eso es que al no encontrar apoyo vuelven a delinquir”, indicó Contreras.

CAMBIAR EL SISTEMA

Roberto Montejano, originario de Chicago y residente de La Villita, es otro exconvicto que fue a parar a la prisión por cargar armas y por otros delitos en 1995. Ahora Montejano, de 36 años, es director de Envision Community Services, agencia que ayuda a exconvictos y pandilleros a reintegrarse a la sociedad.

“Hay que ver lo que podemos hacer para cambiar el sistema, ya que si no cambiamos como pensamos, no vamos a cambiar como vivimos”, recalcó Montejano, quien participó en el proceso electoral pasado y está listo para ir a las urnas en noviembre.

Anthony Lowery, defensor de políticas de los derechos de los exconvictos de la agencia Safer Foundation, dijo que el “reto grande de Illinois es que los legisladores presten más atención en el estado a este asunto, que los exconvictos necesitan ayuda para encontrar trabajo, asistencia en cuanto a la educación, para que así puedan reintegrarse a la sociedad”.

“Por eso, cuando tú te registras para votar, tú tienes la oportunidad de elegir e identificar a la gente que entiende tu asunto y puede ofrecerte los recursos y asistencia en lo que necesitas”, expresó Lowery.